"Las arrugas se fueron en 21 días: ¡ahora me veo como mi propia hija!"

"Las arrugas se fueron en 21 días: ¡ahora me veo como mi propia hija!" ¡Quién pensaría que iba a conocer el secreto de la piel lisa... en un mercado de verduras!"

En 21 días me convertí de una vieja arrugada en una mujer que aparenta máximo 35 años. ¡Es maravilloso que ahora todas las mujeres tengan esta oportunidad!

" ¡Yo me siento mucho más joven! Yo me casé y encontré la felicidad. A pesar de que antes creía que nunca me volvería a pasar nada bueno", dice Cristina Gutiérrez (63). Cristina es una de las primeras mujeres del país en probar la fórmula "El secreto japonés de la juventud". ¡Averigua el secreto de su transformación! Puede que a ti también te ayude.

− Mamá, cuídate un poco más – es lo que me decía mi hija Inés que vive en Inglaterra cada vez que nos veíamos. Y me regalaba más y más cremas, mascarillas y otros productos milagrosos.

Pero yo ponía a un lado todos estos cosméticos mágicos. Pensaba: "Ya soy una vieja, ¿me voy a preocupar por mi aspecto? Ya han pasado mis mejores años". He vivido momentos bellos con mi marido, he criado a mis hijos. – Mejor regálame un nietecito en vez de hacerte la lista – le decía a Inés, riéndome.

Pero pronto dejé de reírme, ya que mirándome en el espejo tenía que admitir que Inés tenía toda la razón. Me había descuidado horriblemente. Tenía unas arrugas horribles, como los surcos del campo. Además, el rostro caído: mi cara había perdido su forma de antes. Estaba tan flácida que si agarraba la mejilla podía jalar la piel unos centímetros.

Además, la piel tenía el color feo y terroso. Seguramente porque de vez en cuando me gusta fumarme un pitillo. Y tomar el sol siempre me daba mucho placer. Aunque supiera que no es bueno para la piel. ¿Pero quién se preocupa por estas cosas cuando tiene 20 o 30 años?

Pero lo que más influyó en mi aspecto fue la tragedia que viví hace 13 años...

Cuando falleció mi esposo, envejecí 20 años en unos pocos meses

Conocí a mi Juanito hace muchos años, en la escuela técnica. Los dos viajábamos en autobús. – Cuando te vi pensé "Es mi futura esposa" – se reía después Juanito. Nuestro matrimonio feliz duró casi 30 años. Hasta que llegó el trágico día. Estábamos en la mesa cenando.

De repente Juan se agarró el corazón, se cayó y ya no se levantó. La ambulancia llegó demasiado tarde. Enterraba a mi marido el día de mi 50. cumpleaños.

Todos mis planes se hicieron añicos. Antes teníamos con Juanito un puesto de verduras en el mercadito. Queríamos trabajar 10-15 años más y después jubilarnos, construirnos una casita en el campo. Ya habíamos comprado un solar. Pero ahora ya no podía pensar en la jubilación. Me quedé sola con el negocio y tenía que trabajar por dos.

Después de la muerte de Juanito tenía que encargarme yo sola del negocio que antes llevábamos juntos.

Tenía miedo de que no iba a poder. Inés todavía estaba estudiando y vivía en casa. No me podía permitir el lujo de deprimirme. Tenía que asegurarle una vida digna a mi hija.

3 veces a la semana me levantaba a las 4 de la madrugada e iba en el coche destartalado de Juanito por productos frescos. Debo agregar que siempre me daba miedo conducir. Después descargaba las cajas pesadas. Trabajaba cada día, excepto los domingos.

En fin, gracias al trabajo extenuante, conseguí mantener el puesto. Sin embargo, todo este esfuerzo se reflejaba en mi apariencia. Así como todos los cigarrillos fumados por las noches, el trabajo al aire libre, el estrés... y además la falta de Juanito y tanto llorar desconsoladamente. Después de unos meses de vivir así me veía por lo menos 20 años más mayor.

− Cristi, ¿quién es esta vieja que te reemplaza en el puesto? ¿Has contratado a una jubilada? – me preguntó una vez una prima mientras hablábamos por teléfono.

Resulta que una amiga suya había hecho la compra en mi puesto pero no me reconoció... Me quedé de piedra, no supe qué decir. Colgué cuanto antes y rompí a llorar. – Si ellas hubieran pasado por la mitad de las cosas por las que pasé yo, se verían peor aún – pensaba amargada.

Cuando miro las fotos viejas no puedo creer que me había descuidado tanto

Y así pasaban los años. Inés, al terminar su carrera, encontró un excelente trabajo en una empresa internacional y se fue a Inglaterra. Hablábamos con frecuencia por teléfono. Tenía un buen puesto, un piso bonito. En la empresa conoció a un chico muy decente.

¡No podía avergonzar a mi hija!

− Mamá, ¡te tengo una gran noticia! ¡Nos hemos comprometido! ¡Nos casamos en 6 meses! – me anunció mi hija por teléfono hace un año, extremadamente feliz. Y yo estaba muy contenta, por supuesto. Como cualquier madre. Pero de inmediato me entró pánico:

− ¿Cómo me voy a presentar tan arrugada frente a la familia? Todos siempre miran a la madre de la novia. Y yo parezco más la abuela que la madre de Inés. Me miré en el espejo y me di cuenta que parecía más bien de 80 años, no de los 62 que tenía.

Yo me imaginaba con qué lástima me miraría la familia de mi yerno. Él tiene una madre tan guapa, y se cuida tanto (he visto fotos de ella). Y comparada con ella, yo era una bruja vieja. No podía permitirlo. Disponía de 6 meses para conseguir ponerme en forma.

Quería parecer más joven, pero solo he tirado el dinero por la ventana

Es cuando empezó mi lucha. No creía que una crema o una mascarilla iban a poder con mis arrugas. Es como querer cazar un elefante con un tirachinas... Opté por las inyecciones de bótox. Pedí un préstamo porque no me podía permitir este gasto.

– Va a doler – me dijo la señorita en el gabinete de la medicina estética antes de realizar la intervención. ¡Y no era una broma! Me caían lágrimas cada vez que metía la aguja en mi piel. Y después se sintió como si alguien me metiera hierro caliente debajo de la piel.

Otra mujer tenía que agarrar mi cara porque cada vez que veía la aguja que se me acercaba, volteaba la cabeza. Después vi que por todo este dolor me había metido las uñas en la piel: hasta la carne viva.

Tenía vergüenza por todo el circo que armé. – Tranquila, todas las mujeres reaccionan así – me tranquilizaba la cosmetóloga. – La inyección contiene la toxina botulínica, es normal que duela.

Sinceramente, esta información no me tranquilizó.

Pero lo peor llegó después. Moretones, bultos, hematomas: tenía todo esto en el rostro. – Por Dios, Cristi, ¿alguien te ha pegado? – dijo con horror una vecina al verme. Yo pensé: − Pues bien, voy a aguantar todo esto. Pero tal vez valga la pena.

Pero cuando desaparecieron la hinchazón y los hematomas, pude ver que las arrugas se mantenían. Además, mis párpados y las comisuras de los labios empezaron a colgar después de la cirugía. Y los vasos sanguíneos se reventaron en el lugar donde se había inyectado la toxina.

Incluso me tomé fotografías para demandarlos. Porque perdí muchísimo dinero, pero en vez de mejorar mi aspecto, me veía aún peor. Pero después ya no tenía fuerza para ir al juzgado con estos estafadores.

¡Por el bótox perdí muchísimo dinero pero no eliminé ni una sola arruga!

Estaba devastada. Pensé que ya no había esperanza para mí. Todo cambio el día que encontré en el mercado a una vieja compañera de la escuela.

¡No podía creer que rejuveneciera en 21 días!

− ¡Cristina! ¿De verdad eres tú? – escuché una voz conocida en el mercado. Era Dolores, mi compañera de la escuela. ¡No podía creer que fuese ella! Parecía una jovencita. Su cara era lisa, radiante. Como si el tiempo se hubiera parado para ella cuando tenía 30 años: ¡pero tenía más de 60!

- ¿Cómo ella lo logró?, pensé. Lola nunca había tenido fama de llevar un estilo de vida ejemplar. En la universidad, ella y yo fumábamos a escondidas a la vuelta de la esquina, de fiesta hasta el amanecer. ¿Dejó sus malos hábitos? ¿O encontró una buena esteticista?

- ¡No es nada de eso, querida!, dijo Dolores. - Hace un año, mi hijo me trajo de un viaje de negocios a Tokio un buen concentrado antiarrugas. Su fórmula fue descubierta por un profesor que quería ayudar a su esposa.

Y de paso, descubrió la fórmula de la juventud que funciona en 21 días. En Japón, todo el mundo habla ya de esto. Llevo alrededor de 3 semanas utilizando este producto y ahora la piel de mi cara es como la de un bebé. Aquí puedes comprarlo, me dijo y me entregó un papel con la dirección del sitio web.

− Pero cuidado, cariño – agregó Lola, mirándome directamente a los ojos. – En el mercado hay muchísimas imitaciones sospechosas. Solamente en este sitio puedes conseguir la fórmula original.

No me podía creer todo esto. − ¿El bótox no me hizo ningún efecto pero una fórmula con extracto de aloe me quitará años? – ¿Y si Lola sí se había operado pero no lo quería admitir? – pensaba dudando.

Pero por el otro lado, ¿qué podía perder probando? – No me puede pasar nada peor que el bótox – pensé y tomé la decisión. Pensé que como se trataba de un invento revolucionario a base de extracto de aloe, iba a necesitar una fortuna para pagarlo. Pero me llevé una sorpresa porque en comparación con el bótox era prácticamente gratis.

¡Mi piel está lisa como por arte de magia!

La primera noche, después de ponerme la fórmula de lifting en el rostro, sentía un hormigueo delicado y agradable. Cuando me levanté por la mañana, me quedé pasmada. Las arrugas de fumador que desde hacía años afeaban el área de los labios, literalmente parecían planchadas. Lo mismo pasó con las arrugas de alrededor de los ojos.

Sentía que mi piel estaba tersa, lisa, agradable al tacto. Los poros que antes parecían cráteres de la luna, se hicieron pequeños, prácticamente invisibles. Parecía por lo menos 5 años más joven.

– ¿Qué truco será este? – me preguntaba, aplicándome la fórmula una y otra vez.

Pasados 21 días, mi rostro mostraba menos arrugas, tal como dijo Dolores. Me veía más atractiva y con un aspecto más joven. Y también mi óvalo facial se había reafirmado, como sucede con un buen lifting, pero de forma natural.

Los recuerdos espantosos del botox también son cosa del pasado. Mis párpados y comisuras labiales ya no están caídos, mis hematomas y arañas vasculares están visiblemente pálidos. No podía dejar de mirarme en el espejo. No podía dejar de mirar mi rostro y seguía pensando:

¿Soy yo?

Rejuvenecí la piel más de 30 años en 21 días

− Inés, ¿estás visitando a tu mamá? – me preguntó una vez la vecina cuando estaba abriendo la puerta de mi piso. ¡Me confundió con mi hija de 27 años! Al entrar a casa, empecé a saltar de alegría.

En la boda de mi hija fui la última en salir de la pista de baile

Sentí fuerzas renovadas para actuar. Como si, junto con las arrugas, alguien borrara muchos años de preocupaciones. Cuando mi hija me pidió que fuera a Inglaterra con dos semanas de antelación para ayudarle con los preparativos para la boda, consentí sin vacilar.

Cuando Inés me vio en el aeropuerto se quedó sin palabras. Esperaba ver a una anciana, cansada de la vida. Pero allí estaba yo: erguida, radiante, feliz. Sin las arrugas de fumador, sin este surco horrible entre las cejas, sin nada de "recuerdos" del bótox.

– Mamá, ¡pareces una de las participantes de este programa donde las mujeres experimentan la metamorfosis de sus sueños! Pero hablando en serio, dime: ¿has empezado a usar finalmente estas cremas que te había comprado? – preguntó Inés mirándome con admiración.

Puse una sonrisa misteriosa, ¡pero por dentro reventaba de risa!

Le ayudé con todo a mi hija. Juntas elegimos el vestido de novia y decoramos el salón de baile. También preparé mi famoso pastel. De hecho, fueron 10 pasteles, y los invitados no podían creer que los hubiera horneado todos yo sola. La madre del novio me preguntó discretamente en medio de toda la fiesta:

− Querida, ¿qué es lo que haces que no envejeces? Yo me tengo que poner un montón de maquillaje y tú te ves tan joven como Inés.

Esta soy yo con Inés antes de la boda

Resultó que debajo de las capas gruesas de maquillaje la madre del novio ocultaba arrugas muy profundas. No podía creer que aquella noche no llevara ni la base de maquillaje ni polvo, y mi piel pareciera la piel de una jovencita.

– No podía quitarte la vista de encima. Destacabas entre todas las mujeres en la fiesta. Tu sonrisa radiante me ha robado el corazón. ¡Brillabas como una estrella! – me confesó después.

Todos los invitados se estuvieron divirtiendo hasta la madrugada. Yo fui la última en salir de la pista de baile. Toda la fiesta me la pasé bailando con Jorge, un tío del novio que acababa de conocer.

Se puede encontrar la felicidad a cualquier edad

Jorge intentaba conquistarme, pero yo al principio no hacía más que rechazarlo. – ¿Para qué necesito todo esto? Estoy muy bien yo sola – me decía. Pero Jorge fue insistente. En el primer aniversario de nuestro encuentro se presentó en mi casa con un anillo. – ¿Me quieres seguir iluminando el camino, mi estrellita preciosa? – me preguntó, hincándose en el pasillo. Me quedé sin palabras por la impresión. Pero finalmente pude pronunciar una sola palabra: Sí.

Juntos vemos el futuro con optimismo

Si aquel día en el mercado no le hubiera hecho caso a Lola y si no hubiera usado la fórmula de lifting, habría perdido una oportunidad tan grande para ser feliz. Porque la felicidad nos puede encontrar a cualquier edad. Solo hay que abrirle cuando llame a nuestra puerta.

¡Estimados lectores! La fórmula que probó Cristina es ahora incluso más asequible. Hay una oferta única especialmente para ti: es posible comprar esta crema con descuento. Para obtener el descuento, haz clic en el siguiente enlace.

Ingredientes naturales:

  • Bakuchiol: un análogo vegetal del retinol. Tiene propiedades antisépticas, promueve la síntesis de colágeno e inhibe la producción de melanina.
  • Colágeno, extracto de regaliz: alisan las irregularidades de la piel, tensan el óvalo del rostro, evitan la flacidez de la piel, forman nuevas fibras de colágeno.
  • Aceite de almendras, vitamina C: hidratan, limpian, llenan la piel de vitaminas, aceleran la curación, eliminan la pigmentación no deseada.

La historia de Cristina Gutiérrez la escuchó Claudia Flores

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Comentarios

Alba_Vi

¡Le felicitamos a Cristina por ser tan valiente! ¡Qué mujeres más fuertes! Lo admiro

Madamme

¿Alguien la compró ya? ¿Qué opinas, te funciona?

Juana_Martínez_123

También me interesa: ¿qué opinas de esta crema? ¡Ya no aguanto mirarme en el espejo! Siempre fui una mujer joven y atractiva, pero ahora parezco mi madre. Agradecería cualquier opinión sincera.

Pepa

@Juana_Martínez_123 ¡La crema me encantó, la recomiendo a todo el mundo! Es el único producto contra las arrugas que realmente ayuda. Yo ya no soy joven, tengo 68 años, pero aún así me sirvió. Esta crema me la regaló mi hija. ¡En 2-3 semanas ya tenía mucho menos arrugas! Ahora es mi hija quien me quita esta crema.

Maruja

¡Felicidades, Cristina! ¡Tienes que agarrar la vida por los cuernos! Yo tampoco me cuidé mucho en los últimos años. Al final me salieron arrugas, así que pensé en el botox. Pero después de esta publicación, cambié de opinión. Quiero probar esta fórmula.

Enriqueta

@Maruja ¡No te hagas el bótox! Una vecina se lo hizo y ahora tiene la cara paralizada. No se sabe si está contenta o triste. ¡CUIDADO con eso!

Mary_001

¡Excelente preparado! ¡Chicas, comprenlo mientras está disponible, no se arrepentirán!

Anabel

¡Mola, mola, mola! Huele muy bonito y, además, tiene estas partículas de extracto de aloe. Usar esta fórmula da muchísimo placer.

Maruja

@Anabel está bien, ¿pero funciona o solo huele bonito?

Anabel

@Maruja y muy bueno. ¡Antes tenía la cara como un pergamino: seca, apagada, pero después de esta crema me siento guapísima! No sé si realmente estoy tan estupenda como me siento, pero me han invitado a salir 3 veces. Así que la recomiendo.

Maruja

¡Entonces lo tengo que tener! Estoy esperando el envío, cuando lo pruebe voy a escribir sobre los efectos.

* Los resultados individuales pueden variar, y no se afirma que los testimonios presentan resultados típicos. Todos los testimonios son de personas reales y pueden no reflejar la experiencia típica del comprador, y no pretenden representar ni garantizar que cualquier persona obtenga los mismos resultados o resultados similares. Cada persona tiene experiencias únicas y aplica la información de una manera diferente. Por lo tanto, las experiencias que compartimos de otras personas pueden no reflejar la experiencia típica de los clientes o garantizar que cualquier persona logre los mismos resultados o resultados similares. Sin embargo, estos resultados son una muestra de lo que han hecho los mejores y más motivados clientes que consumen o utilizan el producto y no deben tomarse como resultados promedio o típicos. El producto no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. No constituye un consejo médico y tampoco reemplaza la medicación u otro tratamiento recetado por un médico o profesional de la salud.